lunes, 15 de agosto de 2011

Semillas de Chía

Es una semilla riquísima. Queda muy bien en mezcla de frutos secos y cereales. Hay un
colega que la consumía y me dió curiosidad por probarla.

La chía (Salvia hispanica) es una planta herbácea de la familia de las lamiáceas; junto con el lino (Linum usitatissimum), es una de las especies vegetales con la mayor concentración de ácido graso alfa-linolénico omega 3 conocidas hasta 2006. Se cultiva por ello para aprovechar sus semillas, que se utilizan molidas como alimento.



Características

Es una herbácea anual, de hasta 1 m de altura; presenta hojas opuestas, de 4 a 8 cm de largo y 3 a 5 de ancho. Las flores son hermafroditas, purpúreas a blancas, y aparecen en ramilletes terminales; florece entre julio y agosto en el hemisferio norte. Al cabo del verano, las flores dan lugar a un fruto en forma de aqueno indehiscente. La semilla es rica en mucílago, fécula y aceite; tiene unos 2 mm de largo por 1,5 de ancho, y es ovalada y lustrosa, de color pardogrisáceo a rojizo.
[editar] Cultivo

Prefiere suelos ligeros a medios, bien drenados, no demasiado húmedos; como la mayoría de las salvias, es tolerante respecto a la acidez y a la sequía, pero no soporta las heladas. Requiere abundante sol, y no fructifica en la sombra.

Semillas de chía

Las semillas remojadas en agua liberan el mucílago, produciendo un líquido gelatinoso; en México se le saboriza con jugos vegetales o esencias y se le consume como bebida refrescante. Las semillas también pueden secarse y molerse para preparar una harina fina y de sabor intenso, llamada pinole, que se consume principalmente como dulce. Los brotes tiernos se consumen como verdura cruda o cocida y pueden ser usados en ensaladas.

La composición química de la semilla es típicamente de un 20% de proteína, un 25% de fibra alimentaria (5% fibra soluble de muy alto peso molecular) y un 34% de aceite; el 64% del aceite son ácidos grasos omega 3. No contienen gluten, por lo que son aptas para celíacos. No se conocen componentes tóxicos en ella.

El aceite de chía es un excelente aceite secante para la protección de pinturas, artesanías, y maderas finas.

Antes de la conquista de América, la chía era un alimento básico para las civilizaciones de América Central y México; su cultivo era probablemente el tercero en importancia económica, superado sólo por el maíz (Zea mays) y el frijol (Phaseolus vulgaris). Los aztecas imponían a sus pueblos tributarios una contribución de hasta 15.000 toneladas anuales; se empleaba como alimento, como ofrenda a los dioses, y como oleaginosa para producir un aceite como base para pinturas corporales y decorativas.

Se ofrendaban brotes de chía a Chicomecóatl, la diosa del maíz, durante la fiesta de la veintena de hueytozoztli; durante la veintena ritual de hueytecuílhulhuitl, se preparaba pinole de semillas de chía tostadas hasta llenar una embarcación, que se hacía flotar entre los asistentes, que tomaban de ella una porción hasta vaciarla. A su vez, los purépecha de Michoacán empleaban el pinole para fabricar unos pequeños tamales que usaban como ofrenda en el altar de sus muertos.

El Codex Florentinus que transcribe la Historia general de las cosas de Nueva España de fray Bernardino de Sahagún detalla la importancia que tenía la chía en la economía precolombina; describe en detalle los aspectos de la producción, comercialización y usos de la chía.[1]

Desplazada por los cereales aportados por los españoles, el cultivo de chía desapareció durante las colonias; sobrevivió sólo en áreas montañosas aisladas de México - donde se cultiva comercialmente desde hace siglos y hasta la fecha - y Guatemala. El mayor centro productor de México está en Acatic, Jalisco,[2] de donde se exportan cantidades crecientes a Japón, Estados Unidos y Europa.


Un proyecto comercial desarrollado conjuntamente por varios países de América Latina comenzó en la década de 1990 a replantar experimentalmente la chía en el norte de Argentina, para proporcionar a los agricultores cultivos alternativos, con resultados excelentes[3]

Los rendimientos del proyecto alcanzaron los 1.602 kg/ha, con contenidos de aceite de hasta el 38,6%. Se han suscrito contratos para la producción comercial de chía en las provincias de Catamarca, Salta y Tucumán, exportando el producto sobre todo a los Estados Unidos. La viabilidad en los estudios piloto se estimaba entre el 78% y el 87%, con tasas de pureza de entre el 84% y el 97.5%.


* Kiosmina hispanica (L.) Raf., Fl. Tellur. 3: 92 (1837).
* Salvia neohispanica Briq., Annuaire Conserv. Jard. Bot. Genève 2: 137 (1898), nom. superfl.
* Salvia tetragona Moench, Methodus: 373 (1794).
* Salvia prysmatica Cav., Descr. Pl.: 14 (1801).
* Salvia chia Sessé & Moc., Fl. Mexic.: 9 (1893), nom. illeg.
* Salvia schiedeana Stapf, Bull. Misc. Inform. Kew 1896: 19 (1896).[4



http://es.wikipedia.org/wiki/Salvia_hispanica